Antes de iniciar la campaña de riegos es básico determinar la estrategia de riego a seguir. Lo más habitual es establecer un calendario con las aportaciones totales de riego (en mm, en l/árbol o en h de riego) por semana.
Este calendario nos guiará durante la campaña de riego.
En primer lugar, debemos definir cuáles son los objetivos que persigo con el riego (cubrir las necesidades de agua del cultivo en épocas de déficit, incremento de la calidad de la producción, control del vigor, etc. Y a continuación establecer un calendario (teórico) de riegos, cuantificando las necesidades y distribuyendo los aportes en función de las necesidades del cultivo y los objetivos perseguidos.

Y a continuación, debemos estimar las necesidades de agua teóricas del cultivo. El método más habitual para ello es el método del balance hídrico.
¿Qué necesito?
- Datos de evapotranspiración de referencia (ETo) y Precipitación efectiva (Pe):
Si no disponemos de una estación propia, podemos acceder a la información pública de la estación agroclimática más próxima a nuestra finca, a través del Sistema de Información Agroclimática para el Regadío (SIAR). En el caso de Catalunya, a través de la Xarxa d’Estacions Meteorològiques Automàtiques (XEMA) y en el caso de Euskadi, a través de Neiker.
- Coeficiente de Cultivo (Kc), de:
- Fuentes locales y bibliografía de investigación en condiciones locales
- El propio Sistema de Información Agroclimática para el Regadío (SIAR) (cuyo origen, en algunos casos puede que sea el propio FAO 56)
- Y si localmente no se ha desarrollado una Kc para nuestro cultivo, siempre podemos tomar como referencia los valores que se presentan en el boletín FAO 56.
Con estos datos, aplicando la fórmula (1), tendremos las necesidades de riego netas (NRn, en mm) para nuestro cultivo, en base diaria, semanal o mensual, según hayamos elegido.
NRn=ETo*Kc-Pe (1)
Para calcular las necesidades de riego brutas o totales (NRb), deberemos también introducir la eficiencia de aplicación (Ea), que depende del sistema de riego que utilizamos. FAO establece unos valores de referencia de: Riego localizado Ea=90%, para aspersión=75% y para riego por superficie=60% (Annex I, Irrigation Scheduling Manual, FAO).
Así como la fracción de lavado (FL), que está en función de la máxima salinidad que soporte nuestro cultivo para mantener una productividad del 100% y la salinidad media de nuestra agua de riego (fertilizantes incluidos, en caso de fertirrigar).
De este modo:
NRb= NRn*Ea/(1-FL) (2)
Siendo:
FL= CEa/(2*CEmax)
Con CEa, la conductividad del agua de riego (fertilizantes incluidos) y CEmax la máxima conductividad soportado por el cultivo para mantener un potencial productivo del 100% (FAO nº56).
Con estas directrices, podemos elaborarnos nosotros mismos el plan. Sin embargo, vale la pena insistir en que en el Estado Español disponemos también de servicios regionales especializados de asistencia al regante; los cuales nos pueden facilitar la información que comentábamos antes y además, la mayoría de ellos, también nos ofrecen servicios de cálculo de recomendaciones de riego personalizadas, que nos envían de forma periódica , en base a datos meteorológicos de la semana anterior, el cultivo y características de éste (sistema de riego, marco de plantación, edad del cultivos, etc….). Algunos tienen en cuenta más factores que otros, pero en todo caso, siempre puede servirnos de orientación.

Por tanto, recomendamos utilizar estos Servicios de Asistencia al Regante Regionales (SARs):
Andalucía: Sistema de Asistencia al Regante
Aragón: Oficina del Regante.
Castilla La Mancha: Sistema Integral de Asesoramiento al Regante
Castilla y León: InfoRiego
Catalunya: Oficina del Regant de RuralCat
Comunidad Valenciana: Servicio de Tecnología del Riego (IVIA)
Extremadura: REDAREX
La Rioja: Servicio de Información Agroclimática
Navarra: Servicio de Asesoramiento al Regante (Riegos de Navarra)
Región de Murcia: Servicio de Información Agraria de Murcia (SIAM)
País Vasco: Neiker
Canarias: Instituto Canario de Investigaciones Agrarias
De todas formas, hay que tener siempre en cuenta que las necesidades reales no vienen determinadas únicamente por las condiciones meteorológicas.
Para que este calendario constituya una herramienta eficaz para planificar el riego de una explotación, es importante caracterizar conocer:
- Las características principales de los suelos que regamos: la textura del suelo, la pedregosidad, la profunda efectiva de suelo, etc; y así poder estimar cual será nuestro reservorio de agua o capacidad de retención de agua (CRAD).
- Su distribución respecto a los sectores de riego
- Las dimensiones del bulbo húmedo (riego localizado)
- Las limitaciones del diseño: el pulso mínimo de riego, el coeficiente de uniformidad del sistema de riego
Si no conocemos ni cuantificamos estos parámetros, aplicar las recomendaciones de riego sin más, pueden generar zonas donde se aplique más o menos cantidad de agua y, a la larga, crear provocar una heterogeneidad indeseable dentro del sector de riego y complicar el manejo.
¡Vamos, no perdamos tiempo, a elaborar el Calendario de Riego 2013 de nuestro cultivo!